Visitas de la última semana

sábado, diciembre 31, 2011

Un día como hoy

Estamos, como cada fin de año, con la familia reunida. Conforme las familias crecen y sus integrantes se hacen más adultos, cada vez serán menos los días de coincidencia. Serán siempre afortunados los que aún tengan la oportunidad y los medios para reunirse todos los que son una o dos veces al año . Llegará el día (verdad lapidaria) que esto no será posible a menos que gusten de hacer o participar (no aconsejable) en reuniones espiritistas. Particularmente, los recuerdos más vívidos que aún conservo de mis padres y hermanos, son aquellos días en que la tradición impuesta por ellos mismos nos reunía. Ahora que mi mente viaja veloz hacia aquellos festivos días, vuelvo a ver a Toña hablando acaloradamente del blanco y pulido diente (política) a la vez que se cura las agruras con aquél acanelado cuanto efectivo tónico (mezcal), a mi Madre preparando para sus hijos aquel rico mole rojo renegando mientras tanto de las múltiples apologías dentales, a mi Padre secundando a Toña con el remedio de las agruras y practicando entre ambos una delicada endodoncia, a Goyo filosofando siempre con aquella característica sobriedad tan suya y tan propia, a Chepina tan pizpireta, tan limpia y tan ordenada, a Chuy mirando el mundo a través de aquél interminable vaso de cristal lleno de vevida soporífera, a Guy oteando calladamente lo que ya sabía que encontraría más allá del horizonte, y a Yola ya bregando desde entonces por el sustento pero siempre con la sonrisa en los labios. Bailábamos, reíamos y platicábamos como si tuviéramos la certeza de que ese día fuera a ser el último de nuestras vidas.

Adiós 2011

Está por consumirse la última semana del año. No soy de los que esperan el último día para hacer los propósitos del siguiente año. Hago los míos el mismo día en que se me ocurren y una vez decididos me siguen como si fueran mi sombra. Los propósitos son buenos porque dan cause y dirección a la vida. Todo lo que uno hace día con día está relacionado directa o indirectamente con los propósitos elegidos. Algunos dirán que estudiar, o incluso trabajar son buenos propósitos. Yo pienso que no. Creo que estos son solo medios (entre muchos otros) para llegar a aquellos. Por lo general, alcanzar buenos propósitos puede llevar no menos de un lustro, incluso una década ¿Tú ya formulaste los tuyos? o ¿Ya vas en dirección a ellos? Claro, habrá quienes no alcance el día para terminar sus múltiples ocupaciones y no tener sin embargo propósitos definidos, pero estos son pocos y generalmente tienen mucho dinero. Hay que hacer propósitos, ni modo, y lo que es más, cumplirlos.

jueves, diciembre 29, 2011

La tranquilidad y la angustia

Hoy es el primero de cinco días al hilo que tengo de descanso. Ya clamaba por un pequeño receso. Dormí como oso en invierno ayudado por la lluvia que desde el domingo nos ha salpicado con un desgano piadoso. No puedo decir lo mismo de Gladis. Su preocupación inició días antes de navidad cuando Cheli le anunció que se sentía mal y que se iría a su casa para regresar hasta después de navidad. Esta repentina enfermedad, muy a modo por cierto, hizo que a Gladis se le subiera lo chamula –mejor ya no vengas. Pasa por tu dinero a la casa de mi mamá –le respondió la Doña. Supe después que días antes se había descompuesto la lavadora –ahora entiendo la enfermedad de Cheli –pensé. Hay una sola cosa a la que Gladis tema más que tragarse una pastilla: lavar. Cuando existe la remota posibilidad de encontrarse de frente con ese monstruo apocalíptico que representa la acumulación de ropa sucia, ella se transforma en una madeja de nervios, la asaltan las pesadillas, se le espanta el sueño, y solo vive pensando en el día en que esa montaña colapsará sobre su cabeza atrapándola sin remedio y sin darle oportunidad de escapar. Hoy, con sorpresa y admiración, me enteré recién me desperté, que ya tenía ayudanta y no solo eso sino que ya tenía hasta lavadora. No me explico como la metió en el coche. Bien dicen: cuando la cosa es de vida o muerte, las capacidades humanas se multiplican exponencialmente.

jueves, diciembre 22, 2011

De problemas y resortes

Todos los problemas tienen un punto de inflexión, de no retorno a su estado original. En este sentido, los problemas se parecen mucho a los resortes: si se estiran más de la cuenta, entonces ya no regresan a su estado inicial. Se dice por lo tanto que sucedió un cambio o un accidente. Todos desearíamos poner una solución a los problemas antes que alcanzaran este maléfico, dañino e indeseable punto de inflexión, el problema es determinar acertadamente cundo tendríamos que comenzar. En principio tendríamos que reconocer (o saber por un tercero que nos quisiera lo suficiente para arriesgarse a que de ipso facto le mentáramos la madre) que ya tenemos un problema y es aquí donde al puerco le dió por arriscarse el rabo. Si inoculáramos la solución correcta en esta temprana etapa, el cambio y el accidente no sucederían y no tendríamos que padecer dolor, ni secuelas, ni la muerte en etapas tan tempranas de la vida. Desgraciadamente no siempre tenemos el control de las fuerzas que estiran nuestros resortes y cuando sí lo tenemos, y está en nuestras manos dejar de aplicarlas no nos da nuestra recanija y regalada gana hacerlo…vaya usted a saber por qué. Después que sucede ese ingrato punto de inflexión, en el mejor de los casos, ya nada será lo mismo, y en el peor de ellos ya mejor ni hablar.

martes, diciembre 20, 2011

El Depa

Por alguna insospechada razón no me da la gana escribir cuando estoy en el departamento. Lo encuentro tan divertido y aleccionador como chupar un clavo oxidado mientras veo el programa cultural de la señorita Laura. Esta noche sin embargo, estoy tratando de encontrar la punta perdida de la madeja; quien quita es chicle y pega. Vivir en un condominio no es cosa fácil de hacer ni tampoco de platicar. Compadezco a mis vecinos estudiantes que están obligados a cumplir con sus ya de por si trabajosas tareas en medio de este soberbio y tupido barullo. La mejor concentración lograda a la hora pico del ruido no sirve ni para ensartar una aguja aunque tuviera el orondo ojo de un pescado o el saltón y fosforescente ojo de un animal nocturno. Grita la tamalera, el pizzero, el aguador, el fontanero, el afilador y hasta el loco pepenador de basura. A este estridente bullicio se agrega además la infaltable contaminación vehicular producida por conductores que se creen pilotos en competencia de formula uno: rechinar de llanta, estrepito de claxon y rugido de motor. Pero todo esto junto queda eclipsado por las siempre nutridas y aleccionadoras conversaciones de pasillo de nuestra comunidad de vecinos cuyos temas de conversación oscilan desde la telenovela de moda hasta los más delicados y controversiales asuntos de índole freudiano. No se diga ya los ruidos que llegan desde los departamentos adyacentes a golpear como con un martillo de thor el delicado tímpano de su desprevenida víctima haciendola saltar con el corazón en las manos y el Jesús en la boca; me refiero a las incansables licuadoras, lavadoras, estéreos, regaderas, descargas de retrete, accionar de cerrojos, y un sinfín de ruidos más. Espero aprender pronto a filtrar la contaminación exterior a fin de irle allanando el camino a las asustadizas ideas y animarlas a salir de su actual e involuntario arrinconamiento.

lunes, diciembre 12, 2011

Victimas… ¿sin responsables?

El sábado fue un día difícil. Por insistencia de Pedro llegamos a las Garzas desde el viernes. La inocencia de Gladis la hizo pensar que la urgencia de su tractorcito se debía a que durmió en el departamento sin aire acondicionado. Ellos llegaron a medio día y un servidor lo hizo en la noche. A decir de Gladis –Tan pronto llegamos a la colonia Pedro nos aventó de la camioneta a Cheli y a Mí como si fueramos costales de papas y se fue a Reforma como auténtico berebere sediento tras el único oasis a 500 kilómetros a la redonda –en caso de que se les haga tarde se quedan a dormir allá –le alcanzó a gritar tendida en el piso de la cochera su santa y resignada madre ¿Oíste? tenemos tiempo para darle vuelo a la hilacha –dijo feliz Pedro a su acompañante Daniel. Regresó al siguiente día ya bien puesto el sol proyectando la cándida inocencia de un bebedor intolerante a la lactosa después de haberse jondeado una docena de malteadas de fresa preparadas con leche entera. Soy testigo de que Gladis pasó una mala noche mientras su hijo tomaba horchata y cantaba tiernos y angelicales villancicos. Ale se quedó en Villahermosa pues el sábado tenía el compromiso de asistir a un "club de lectura” que le organizaron sus amigos intelectuales por ser día de su cumpleaños. En la colonia nos quedamos sin gas y a Gladis se le quedó el pollo a medio hervir que yo tuve que llevar luego a Reforma para que su mamá lo terminara de cocinar y no se desperdiciara. El sábado nos regresamos a Villahermosa puesto que teníamos el compromiso de asistir ese día a la posada que anualmente nos organiza la empresa. Además había que hacer los frijoles charros para la carne asada que el domingo hariamos en honor de la cumpleañera. No pudimos abrir la puerta y permanecimos afuera con tiliches, ropa de gala y perro por espacio de una hora mientras el cerrajero practicaba sus buenos oficios ¿Sabe Ale que a esta cerradura (el depa tiene tres) no se le debe poner seguro porque no abre desde el exterior? Claro que lo sabe. Fin del diálogo. ¿Quieren que le ponga por lo menos la perilla a la cerradura para que no quede el hueco? –Nos preguntó solícito el cerrajero una vez que terminó ¡No! repuse rápidamente, así me aseguro que no vuelva la burra al trigo. Gladis como pudo tapó el hueco. Tiempo después llegó Ale con sus amigos: Ale, ¿por qué le pusiste seguro a la puerta? ¡Mira todo lo que tuvimos que hacer para entrar! ¿Yoooo? ¡Para nada! Fin del diálogo. Tiempo después y antes de que Ale saliera a cumplir con el compromiso aún pendiente de aumentar el bagaje de conocimientos en el honorable y tres veces heroico “club de lectura” ¡Ale, no le pongas llave a la otra cerradura porque no abre desde adentro! –Gritó Gladis mientras batallaba con sus pupilentes. Ahá –se oyó entre risas que se alejaban. A punto estábamos de salir para la posada cuando Gladis cayó en la cuenta de que la orden dada a su intelectual y siempre comprensiva hija había servido para lo mismo que sirve dar clases de repostería a una recua de pollinos. A esperar otra media hora a que los doctos terminaran de leer el primer capítulo de Don Quijote para que el siempre amable (sin ironía) Jesús Nucamendi pudiera salir de aquel templo de la sabiduría y nos sacara de nuestro hasta ahora eventual claustro. Que poca...madre no, porque tienen una de las mejores.

domingo, diciembre 11, 2011

Mi percepción

Diríase que han existido desde tiempo inmemorial dos tipos de seres humanos: los que regularmente ordenan y los que de ordinario obedecen. Los primeros son relativamente pocos y los segundos reverberan. Generalmente nacemos con el mismo hardware, por consiguiente, podría pensarse que existe en la mayoría de nosotros la posibilidad de aceptar el mismo software. Pero no es así. Los primeros entienden tempranamente (he aquí el detalle) la dificultad de aprender y aceptan con disciplina (he aquí el otro detalle) el alto costo que demanda hacerlo bien. Los primeros son, según la percepción de los segundos, ratones de biblioteca (por gusto o por mandamiento), mientras que los segundos parecen más ratas de la montaña (por gusto o por dejadez). Los primeros trabajan para el futuro y los mueve un sano afán de progreso mientras que los segundos viven el momento y esperan obtener de la vida el máximo beneficio con el mínimo de esfuerzo. Los primeros aplazan la buena vida hasta su madurez mientras que los segundos viven buscándola toda su vida.

sábado, diciembre 10, 2011

Evocación 2

Es una tarde soleada de un día cualquiera en los Altos de Jalisco. Es el año de 1963. Tal vez verano. Veo a un niño güero de aspecto chamagoso como de 5 años jugando solitario en un camino rural y terregoso. Su aspecto cenizo y desaliñado hace juego con la aridez de la vereda en la que camina y que se encuentra amurallada por sendas y orondas cercas de piedra. Su cabeza está poblada de cabello rubio. Cabello grueso y lacio que me hace recordar la dura crin de los caballos. Sin duda un reto para el peine y cualquier cantidad de brillantina. Su piel blanca se mira muy aporreada por las inclemencias del sol y del frio. Lunares de piel rosada motean su cara y son rastros inequívocos de los estragos que el extremoso clima infringe a su pálida y enfermiza epidermis. Camina descalzo. Viste ropa sucia y desgastada. Juega con una lata de sardina que arrastra cuidadosamente valiéndose de un hilo delgado de cáñamo atado a uno de sus extremos ovalados. La lleva llena de guijarros y conforme la arrastra va dejando en el terreno polvoriento un rastro como de serpiente. Su rostro denota mucha concentración, señal de una febril y volátil imaginación. Inmerso en su fantasía, elige con sumo cuidado la próxima dirección que tomará su precaria troca. Veo que ejecuta giros imprevistos evitando riesgos invisibles. Lo escucho murmurar entre dientes apagadas incoherencias. Con el ceño casi siempre fruncido, veo que gesticula, a veces preocupado, otras veces más resuelto. No sabe si existen cosas más allá de lo que sus ojos sin pestañas han podido mirar, tampoco le preocupa. Su imaginación es tan poderosa y jacalera que es capaz de crear su propio mundo sin fronteras en el que vive con alegría sus desbordados ensueños. En ese lugar inmaterial protagoniza frecuentes y divertidas aventuras. Lo sigo con la mirada largo rato hasta que se pierde en un recodo del camino... y luego en la lejanía del tiempo.

domingo, diciembre 04, 2011

El bienestar y los hábitos

Entre más edad se tiene más hábitos se acumulan. Basta con salir un par de días de la comodidad del hogar para que estos broten en tropel protestando por los cambios. Llegué la noche del miércoles al DF y mi cuerpo extrañó de inmediato el clima húmedo y templado. Me hospedé en el Hotel Del Prado Galerías y nuevamente eché de menos cama, almohada y cobertor además de haber pescado una alergia urticante en la piel de esas que hacen gozar al afectado arrancándose el pedazo. Luego sobrevino el tormento de la ducha. Tenía que tomarla usando una regadera diminuta que aumentaba la presión a tal grado que los finos hilos de agua se convertían en agudos dardos de cristal. Ni que decir el efecto que me producía el aire gélido que me recibía fuera del baño. Mi nariz empezó pronto a hacer agua y hubo que andar con papel higiénico en la bolsa. Siempre que viajo, lo más delicado es la comida. Gladis guisa con poca grasa y utiliza con mucha mesura los condimentos. Esto me obliga a viajar con un botiquín bien surtido que ya lo quisieran tener en sus anaqueles las farmacias Guadalajara. Elegí probar el primer día la comida del restaurante El Portón de Galerías. Mala decisión. Pedí una arrachera por ser un corte de carne algo magra y casi siempre blanda. Me sirvieron una que tenía la misma consistencia que la suela de un guarache. Esto aunado al filo romo del cuchillo que me tocó me hizo ver mi suerte. Cada bocado era como masticar un puñado de ligas o de globos, al menos ese sabor tenía. Eso sí, el interior del establecimiento era impecable. Las meseras vestían unos faldones largos, amplios y coloridos con unas hombreras puntiagudas de color rojo. Estas mujeres me recordaban los Closplayers que he visto en internet. Bueno, quedó una vez más demostrado que no todo lo que se ve bien sabe bien. La culpa es de mi estómago: cuando está vacío toma el control y me lleva por el camino más corto.

domingo, noviembre 27, 2011

Mi gusto es...


Gladis y Yo estamos en las Garzas como casi todos los fines de semana. Admito que extraño el ambiente de tranquilidad que se vive en la colonia. Me gusta estar aquí sobre todo cuando llueve y hoy amaneció lloviendo. Me relaja escuchar el murmullo que el viento arranca a las palmeras. El rumor que produce el golpeteo continuo de las gotas al chocar oblicuas contra las hojas de los árboles. Qué gran sensación. Ya no se diga salir al umbral de la puerta y recibir en el rostro la briza fresca que el revoloteo del viento lleva a todas partes. Aspirar el olor dulce de la tierra y el zacate mojados. Escuchar el trino de las aves que no cesa a pesar del viento y de la lluvia. Luego la calma. Esa calma en la que solo se oye la conversación del silencio, el sigilo de la noche, los pasos del secreto y el susurro del misterio.

sábado, noviembre 26, 2011

Soneto

A raíz de que no hace mucho leí un Soneto de Francisco de Quevedo que me gustó, me surgieron sendas y fugaces interrogantes ¿Qué recursos técnicos (que no ingenio) se deben poseer para construir uno apenas parecido? ¿Seré Yo capaz de buscarlos, digerirlos, combinarlos y hacer que brote de todo ello algo que pueda ser reconocido? Con este cúmulo de dudas, cierto día de fin de semana, me zambullí en la Enciclopedia Wikipedia para buscar, leer y releer (que no aprender) sobre el verso endecasílabo (11 sílabas: sexta y décima acentuadas), sobre los ritmos del cuarteto y del terceto (ABBA, CDC), sobre las palabras graves, esdrújulas y agudas, sobre sílabas débiles y fuertes, uff… En fin, va a continuación el resultado:


Flor de Noche Buena


Incienso que se esparce en noche fría, fragancia que camina lentamente, su aroma nocturnal en el ambiente, es fuente que nos llena de alegría;


sus brotes escarlatas son señales, de fiestas y reuniones familiares, principio de amorosos afanares, alivio de trastornos abismales;


sus hojas verdes fuente de esperanza, son manos que acarician y apapachan, y nos colman de amor y remembranza;


son colegas en noches estrelladas, amigas de verbenas y posadas, Tañido de campanas encantadas.

domingo, noviembre 20, 2011

53 vs 21

Plática de sobremesa entre un padre y su hija:


¿Cuántos años cumples? –me preguntó Ale ayer a mitad de la comida.


No sé –respondí categórico mientras tomaba un rico taco de cochinita pibil.


Ale puso cara de sorpresa como si hubiera sido testigo de una realidad monstruosamente inenarrable.


¿Qué? ¡No imagino como alguien pueda olvidar cuantos años cumple!


Nací en el año 1958 –respondí aún ausente del caos existencial que se desarrollaba frente a mí y mientras daba impertérrito la segunda mordida a mi sabroso taquito.


¡Caray eso fue el siglo pasado! –pensé de pronto al mismo tiempo que se me atragantaba el bocado recién deglutido.


Mi mente empezó entonces a trabajar rápidamente (al menos esa fue la impresión que a mí me dio).


Cumpliré 53 años –dije, como si acabara de rebelarse ante mí una realidad que apenas sospechaba.


Es pronto para que Ale se proyecte tanto hacia el futuro. Llegado el momento sabrá que con la edad todo disminuye (menos los kilos) y comprenderá que lo importante de ayer no es lo mas importante ahora.

domingo, noviembre 13, 2011

¿Predicción, advertencia, información o solamente puntada?

la prediccion


Un palíndromo es según la Real Academia Española una palabra o frase que se lee igual de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda. Los palíndromos de fecha tienen una atracción irresistible para las personas con inclinaciones esotéricas y fatalistas, sin embargo, quienes más las utilizan son los bromistas incorregibles. Era de esperar que se presentara en las redes sociales una lluvia de presagios en la víspera de las 11 horas, del día 11, del mes 11, del año 2011 como seguramente las habrá (además de los mayas) para las 12 horas, del día 12, del mes 12, del año 2012. Sin embargo, esta vez, entre las miles de predicciones lanzadas por internet en los días previos a esta fecha, hubo un ganador que se hizo famoso rápidamente gracias a su profecía hecha con 17 horas de anticipación. Este vaticinio fue tan acertado (solo le faltó mencionar el nombre Blake) que no quisiera estar en sus zapatos cuando alguien le pida explicar su texto. Ojalá tenga escondida en la manga otra puntada igual de sorprendente que le ayude a salir del atolladero en que se metió por jugarle al Nostradamus.

jueves, noviembre 03, 2011

La carretera y la laguna

Hoy es día para recordar a los que ya no están con nosotros. Yo recordé a Pedro, a María Patrocinio y a Antonia. También fue un día para estar en casa y descansar. Claro, muchas personas en Tabasco no podrán darse este lujo rodeados como están de agua. Afortunadamente la carretera de acceso a la colonia de Reforma ya emergió de su parcial ahogamiento. Este ahogamiento es el tributo que tiene que pagar cada año por dividir en dos a la laguna el Limón que sirve de vaso regulador en la zona. En época de lluvia el túnel que comunican ambas partes de esta laguna no es suficiente para desalojar el agua recibida de los alrededores. Es cuando la carretera sirve de represa. El exceso de agua que recibe uno de los lados de la laguna y la gravedad del declive completan la fechoría. La carretera quedó llena de hoyos gracias a la corriente. La laguna ganó terreno extendiendo sus límites hasta unirse con el brazo del río mezcalapa cuyo cause desapareció entre sus aguas. Ahora mismo está llena de lirio acuático. Una gruesa capa verde moteada de flores color violeta ondula entre sus orillas. Las garzas y los cormoranes recorren felices sus aguas en busca de su alimento.

domingo, octubre 30, 2011

De la ciudad a la jungla

20111029_Gato Pachis

Pachis tiene un aspecto de mercenario. No es para menos, en esta jungla ha tenido que ganarse una posición a zarpazos entre sus iguales silvestres. Atrás quedó aquel minino dulce, tímido y aristocrático que trajo Pedro de Guadalajara. Lejos quedó aquél gatito atigrado y atildado cuya estampa era digna de una hoja de calendario. Ahora luce como un corsario redomado con sus musculosos carrillos inflados, ojo de vidrio, mano con garfio, pata de palo y perico al hombro. Cuando recién llegó a la colonia era dificil hacer que se acercara siquiera al umbral de la puerta. Las contadas ocasiones que salía era siempre víctima de bullying de parte de un gato negro con un aspecto lúgubre y una mirada torva que producía un efecto bastante amedrentador en el ánimo de sus pobres víctimas. Ahora todo es distinto. A Pachis no le gusta estar en casa más de lo necesario, esto es, el tiempo que le toma devorar su plato de comida y maullarle un rato a Gladis solicitándole más. Después sale de casa con un paso lento cargado de autosuficiencia, seguro de que encontrará a la vuelta de la esquina lo que le es conocido. Lo veo marchar con el ánimo dispuesto para enfrentar cualquier gato negro que amenace su territorio. De vez en cundo extralimita su arrojo y llega a casa con colgajos de pellejo colgando de sus cachetes o cojeando marcadamente con una pata inservible. Pachis es un gato libre, independiente, casi silvestre, poco aficionado a los humanos y sus melosas caricias, y paciente con su afiebrado compañero canino de nombre Dobby. Además, es la única mascota que continúa viviendo en la casa de Reforma. Las gordas viven ahora en el rancho de Chely y Paco vive en la casa de doña Maty, por consiguiente, Pachis es ahora el rey y el capo cara cortada.

domingo, octubre 23, 2011

El Niño Amigo

Niño, nuestro perro boxer murió el jueves. Kory fue la que eligió este extraño nombre para un perro de su raza. Pero tuvo razón. Dentro de ese gran cuerpo esbelto de pelambre corto color miel hubo siempre un corazón de niño. Fue enterrado al lado de su compañero y gran amigo Patón. Su plato de comida luce ahora gris y solitario al lado de su último costal de croquetas. Fue un gran compañero de la familia. Conocido por su gran hiperactividad y fuerza física tenía también un desbordado corazón de melón. Atrás quedó ya su andar cansino, su vista nula, su mundo de resonancia y su pelo cano. Ahora lo veo corriendo ligero en un campo de amapolas y girasoles, deteniéndose a olisquear entre abejas y mariposas los efluvios de roedores y lagartijas (que era algo que disfrutaba), reencontrándose a cada paso con la antigua nitidez de las formas vestidas con sus vivos colores. Ojalá se reencuentre con su amigo Patón. Sabrá reconocerlo al escuchar su grave y aterciopelada voz. Divisará desde lejos sus patotas y orejotas aprovechándose para esto de su vista de lince de reciente adquisición. Adiós amigo Niño.

domingo, octubre 09, 2011

Entre Reforma y Villahermosa

Gladis y Yo llegamos este fin de semana a Reforma, a la colonia Las Garzas. A ambos nos gusta la calma y el silencio que impregnan su caserío. Aquí venimos a recupera la energía que nos arrebata de lunes a viernes el tráfico de Villahermosa y el trajinar diario de las actividades individuales de sus acelerados habitantes. Mientras muchos le rehúyen a la soledad como si fuera el coco nosotros la buscamos por los beneficios que proporciona a todos aquellos que le piden consejo. Nada hay más gratificante que regalarnos un tiempo de calidad a nosotros mismos a través de una sabrosa conversación de sobremesa con la persona que amamos, o a través de la lectura de un libro que nos enseñe y nos ayude a entender un poquito mejor nuestra compleja sociedad, o simplemente recostarnos para escuchar música o ver televisión planeando en los intermedios el paso siguiente que daremos en nuestra vida.

domingo, octubre 02, 2011

La lectura

Hace  años, lo que más me interesaba de la lectura era su carácter informativo. Esta característica siempre fue desde mi época de estudiante la herramienta más valiosa. En este sentido, la lectura que buscaba debía cumplir la premisa de servirme de auxiliar en la resolución de problemas y de apoyo para comprender mejor el mundo. Definitivamente esta parte continúa siendo importantísima en mi vida pero hace tiempo que dejó de ser la única. En estos años, la parte de la lectura que más disfruto y que  me hace sentir más vivo es la parte expresiva del lenguaje. Claro que importa el contenido pero importa igual el estilo. Lo segundo es lo que mueve las emociones. Va un ejemplo:

“Vuelvo hacia todos lados y miro el Llano.Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosas que los detenga. Sólo unas cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.”

El Llano en llamas. Juan Rulfo.

lunes, septiembre 26, 2011

Me siento bien

Esta semana cumplí un objetivo que me había propuesto alcanzar desde hace ya unos años. Tardó en llegar más de lo previsto. Muchas cosas sucedieron desde entonces. Algunas de ellas me desviaron y me hicieron dar rodeos dolorosos que en aquel tiempo fueron necesarios. Otras me obligaron a tomar decisiones difíciles que en diversos grados impactaron la vida de cada integrante de mi familia. Hasta este fin de semana tuve el tiempo necesario para pensar con calma en este asunto y me sentí liberado de ese gran compromiso que me debía a mí mismo. Hoy tuve el tiempo suficiente para abrazarme, consentirme y darme las palabras de aliento que merezco no tanto por haber cumplido cabalmente con este longevo propósito sino por la enconada terquedad que me permitió no perderle nunca de vista porque razones para hacerlo hubo de sobra. No serán los únicos apapachos que espero regalarme. Seguro que habrá otros más adelante.

domingo, septiembre 25, 2011

La laguna reclama sus espacios

IMG00217-20110924-1625

Algo tiene que tener la colonia Las Garzas como para querer regresar a ella aún estando rodeada por agua. Ya no pudimos entrar a la colonia por la vía normal por la sencilla razón de que su lugar está ocupado ahora por un arroyo bastante ancho y brioso que fluye sin restricciones para llenar antiguos espacios robados a la laguna. La carretera alterna por la que llegamos (boca de limón-Reforma-Colonia del Carmen) también ya tiene un tramo como de 500 metros bajo el agua corriente (foto). Muchas de las casas de nuestros vecinos de la Ranchería San Miguel Segunda Sección ya están inundadas. Ellos, como ya es costumbre cada año, han levantado un tinglado provisional (una lona sostenida por cuatro palitos) a orilla de la carretera a la que han mudado con inevitable resignación todo su menaje. Parece ser que los niños a diferencia de sus padres son los únicos que sacan provecho de la situación. De camino a la colonia vimos a varios de ellos chapotear alegremente en la misma crecida que ha llevado a pique sus casas. Platicado de esta forma parecería que ésta esporádica diversión podría hacer más llevadera la desgracia de vivir permanentemente rodeados de agua pero nada más lejos de la verdad. La primera razón es que el agua estancada pronto deja de ser  agradable para convertirse rápidamente en un riesgo potencial para la salud. Otras razones no menos importantes son la proliferación de mosquitos, el calor sofocante, la humedad y todo tipo de animales rastreros que huyen también de la inundación buscando los mismos lugares altos ya ocupados por los tinglados de los humanos desplazados. No me quiero imaginar pasar una sola noche bajo una lona tratando de dormir tapado con una sabana húmeda en un ambiente calurosamente sofocante y rodeado de mosquitos hambrientos para los que somos una suculenta y nutritiva malteada contenida en un extraño, pachoncito y cálido recipiente.

martes, septiembre 13, 2011

Terminando historias

ültimamente he relatado algunos de los acontecimientos que me han surgido al paso y que por una razón u otra he dejado a la mitad. Empiezo por contarles que el pájaro carpintero al que Gladis dió asilo hace unos días dejó de existir en este mundo al día siguiente. Supe por mi cuñado José Manuel que esta clase de avechuchos son bastante indómitos y cascarrabias. En el corto tiempo que permaneció como huesped en esta su casa se reusó tercamente a probar alimento y pasó lo que ya estaba escrito que tenía que pasar. Murió como auténtico espartano: aleteando con furor y tirando picotazos a distra y siniestara.

Por otro lado, en los pocos días que viví solo me atacó un cuadro diarreico de antología que por poco me deja seco y acartonado. El viernes temprano terminé en el consultorio médico y mi estómago toleró comida sólida hasta el domingo. Aún hoy no me recupero del todo aunque ya lo miro todo con un poquito más de color.

Gladis ya está en Villahermosa y Yo estoy feliz de tenerla otra vez cerca. Ale y Alejandro continúan en el DF  acompañando a Kory a quien mañana le retirarán los puntos de la cirugía. Esperamos tenerlos pronto de vuelta y con bien.

martes, septiembre 06, 2011

La música de los años

Hace ya unos años leí el libro “la música de los años” de Germán Dehesa. En él, este estupendo escritor hace un recuento de su vida utilizando la música que escuchó durante las diferentes etapas de su existencia como medio para recordar su pasado ¿A quién no se le amontonan los recuerdos al escuchar por casualidad una vieja canción? Por razones que escapan a mi entendimiento cada vez que escuchamos viejas canciones que fueron populares en su tiempo las relacionamos ahora con el recuerdo de algún momento de nuestra vida que quedó grabado en algún recoveco oscuro de nuestra mente. Por ejemplo, la canción “A tu Recuerdo” de Lo Ángeles Negros me transporta a mi casa paterna de Guadalajara Jalisco a una noche estrellada del año 1972. Yo tenía en aquel tiempo 13 años cumplidos y cursaba junto con mi hermano Chuy el sexto año de primaria en la escuela “María A. Díaz” de la colonia San Onofre. En aquella época la familia era joven y todos mis hermanos gozaban de una sana, pueril y rozagante juventud. Ese día en particular marcó el inicio del que sería más adelante el primer matrimonio del mayor de mis hermanos: Goyo. Por aquellos días Chuy era muy popular en la primaria y eso me salvaba de recibir las palizas que otros de mi edad y menos afortunados que yo tenían que soportar por pura diversión y esparcimiento de los mayores. Aún así, hubo cierta ocasión en que fui blanco de este popular esparcimiento, principalmente cuando mi salvoconducto consanguíneo estaba lejos. Pronto entendí que la vacuna que erradicaba el miedo y la reincidencia de los abusadores era simplemente enfrentarlos a puñetazo limpio y otras veces no tan limpio. Nunca me intimidó el tamaño o complexión del oponente ni el número de trompadas que daba o que recibía, lo único que deseaba era lanzar el mensaje fuerte y claro de que no estaba dispuesto a ser la comidilla de ningún mono ignorante. Santo remedio. Una vez que el abuso y la injusticia saca al depredador que todos llevamos dentro todo se vuelve más fácil. A este deporte que antes ni  nombre tenía ahora se le conoce con el rimbombante nombre de bullying y continúa siendo tan popular y tan dañino en todas las escuelas como en aquellos lejanos días de hace ya 39 años. Hoy escuché la canción “A tu Recurdo” y quise dar fe de ese momento con Goyo.

domingo, septiembre 04, 2011

Dobby

Dobby y Yo nos echamos a andar por la colonia. Al principio, mi compañero caminaba de forma bastante deslucida con más miedo que timidez. Se detenía con frecuencia con el rabo entre las patas al escuchar el más leve aleteo de pájaro. Cada vez que algo le asustaba temblaba como gelatina mal cuajada. Tenía que voltear la mirada a cada momento para no perderlo de vista y animarlo como a un bebé para que renovara la marcha. Unos cinco minutos despés lo perdí de vista. Miré atrás, adelante, a los lados y nada de Dobby. Volví a mirarlo hasta que se me ocurrió mirar hacia atrás y luego hacia abajo. Caminaba tan pegadito a mí que alguien podría haberlo confundir con un apéndice de mi propio cuerpecito. Marchamos tranquilos de este modo por el andador de la colonia por espacio de unos cinco minutos más. Después de esto Dobby se desató. Mientras yo caminaba con un paso mas bien aletargado a causa del bochornoso ambiente lleno de vapores fervorosos mi compañero canino lo hacía con un trote de auténtico campero solariego que lo adelantaba de mí por lo menos 10 metros. Una vez encontrada la diversión de correr y saltar entre el crecido zacatal, solo miraba a lo lejos que la hierba se movía como dice aquella versada y culta letra de popular cuanto bailable cumbia tropical. A veces lo único que sobresalía de Dobby de aquella alfombra de tupidos chuzos verdes eran la cola y las orejas. Ya al final del recorrido Dobby corria, saltaba y daba unos giros de vértigo como persiguiendo algún escurridizo chichicuilote cuya existencia habitaba solo en su febril imaginación. Regresamos a casa: Yo como un tomate maduro pringado de rocío mañanero y él atacado por un ruidoso jadeo y con la lengua escarlata de fuera. Aquel miedo inicial quedó superado y totalmente olvidado, ahora marchaba altivo con el garbo de un auténtico perdonavidas.

sábado, septiembre 03, 2011

Segunda cirugía

Semana de apuros. De nervios tensos como cuerdas de violín. Llena de idas y de regresos, de entradas y de salidas. Hoy por fin estoy en casa. Descanso en mi sillón favorito en compañía de Dobby el pequeño saltarín que a falta de Ale me persigue a mí como si fuera mi sombra. Recién llegué a Reforma procedente de la tierra de los Tenochcas donde el viernes operaron por segunda vez a Kory. Todo salió bien. Sabiendo esto nos volvió la sangre al cuerpo y otra vez agarramos el colorcito característico de aquellos aporreados diariamente por el sol del trópico. Se quedaron con ella Alejando, Gladis y Ale. Allá seguirán hasta que el nuevo andamiaje de Kory se fortalezca y pueda entonces hacer el viaje de regreso sin que las tuercas se le aflojen o los tornillos se le trasrosquen. Ahora el problema para mí será vivir solo un tiempo y no morir en el intento. Se me acaba de revelar que soy un total inepto en la cocina. Comí lo que cociné obligado por el hambre y en contra de lo que me dictaban el olfato y el gusto. Así que apuré rápidamente aquel suculento potaje igual que se apura una rasante cucharada de ricino.

lunes, agosto 22, 2011

Asilado de pico y pluma

Después de dos semanas de aridez y sudoraciones el cielo nos obsequió dos atardeceres lluviosos:  la de ayer y la de hoy. Dormí bien, y por lo que sé, Gladis también. Hace días que no dormíamos tan rico y con la soltura con que lo hicimos Ayer. Gladis había estado melancólica y ceñuda por la salud amenazada de su Papá. El viernes su optimismo mejoró gracias al resultado de una segunda tanda de estudios. Su mejor ánimo le hizo hoy asilar a una cría de pájaro carpintero que encontró tirada en la calle a punto de ser victimada por las prácticas de caza de un avezado minino. No sabemos lo que sirve de alimento a estos curiosos picadores de madera, pero conociendo su particular hábito de hoyar troncos con su pico, suponemos que lo hace con algún fin gastronómico. Por lo pronto le arrimó una bola de maza por la que no hizo el menor caso. Veremos como evoluciona este asilado de pico y pluma.

domingo, agosto 14, 2011

Reunión familiar

El calor fue intenso en esta semana. En circunstancias como esta no es aconsejable hacer actividades físicas con exposición directa al sol si se quiere conservar el agua en el cuerpo.  Aún sin estar bajo la acción directa de sol se corre el riesgo de pescar una insolación cuata. Tal fue mi caso el sábado cuando Gladis me anunció que había planes de asar carne en honor al cumpleaños de nuestra hija Kory. Mi labor en este trabajo consiste en limpiar la cochera,  armar las mesas y preparar el asador. Cuando hube terminado me metí a la casa ya medio zombi con un aspecto de tomate alelado que obligó a Gladis a ofrecerme una cantidad ínfima de rico pozol que no hizo más que alborotarme la muy acentuada sensación de sed que me agobiaba. Me senté pensando en el siguiente vaso rebosante y más prolijo de pozol que nunca llegó porque según la réplica de mi esposa me iba a espantar el hambre. Así la cosa me quedé dormido un rato hasta que sus tiernos gritos me despertaron para anunciarme que ya era hora de encender el carbón. Esta actividad era la que más rehuía por el calor adicional que representaba a mi ya sobrecalentado cuerpecito.  Ya de noche tuve que bañarme un par de veces para regular la temperatura y hacer que disminuyera el dolor en forma de latido que se me alojó en la cabeza. El trabajo bien valió la pena. Estuvieron con nosotros además de Kory la cumpleañera y su esposo Alejandro, Don Lucio y Doña Matilde, David y familia, Lucio y familia, Ale y sus amigas Carla y Teresa.

domingo, agosto 07, 2011

El depa

Es la vivienda que rentamos para Ale en Villahermosa y en la que nos quedamos Gladis y Yo de lunes a viernes. En su interior todo es chiquito, como casa de muñecas. No es fácil desplazar mi cuerpo rollizo entre estos espacios liliputienses en donde parado es posible tener a la vez la panza en la cocina y el trasero en la sala. Lugo, al estar el depa en un tercer piso, uno sufre con la idea de olvidar algo apenas traspasar la puerta. En este punto, es Gladis la que más padece. Ella y las escaleras nunca han tenido buena relación. Las utiliza solo en casos de extrema necesidad y su paso por ellas es necesariamente flemático aún en situaciones de emergencia. Acomete cada escalón como si estuviera ensayando una plácida coreografía de taichi y cada descanso lo utiliza para contemplar largamente los pajaritos. Casi siempre al final del día me hace un recuento con mucho pundonor de la cantidad de veces que subió y bajó esas condenadas escaleras.

sábado, julio 30, 2011

ipad

Estamos en Reforma. La tarde es inmejorable. Lluvia menuda y persistente. Truenos roncos y apagados. Tiempo propicio para el recato y la reflexión. Me acerco la ipad. Mi nuevo juguetito tecnológico que me proporciona una nueva alternativa para acercarme a la lectura. Es un placer desparramar la vista en la luz de la pantalla y seguir el amplio y nítido interlineado de pixeles con que están hechos los párrafos. Al fin y al cabo con esta nueva tecnología, el problema del volumen y el peso (además del impacto ecológico) que representan los espacios en blanco en los libros de papel ahora ya no es motivo de preocupación. Los diseñadores de estos aparatitos pensaron bien en satisfacer plenamente las demandas y manías de los lectores empedernidos. Además, han puesto en la tableta electrónica toda clase de herramientas que de común son necesarias para que el neófito lector, dotado de alguna pizca de paciencia y curiosidad, interprete fielmente los mensajes más fantásticos o metafísicos. Así pues, aprovecho este marco de alebrijes, arabescos y abalorios para echar a volar la imaginación con la libertad de un auténtico y multicolor papalote.

domingo, julio 17, 2011

El Capitán Garfio y Peter Pan

La tarde y la noche de ayer fueron de aguacero. Fue una lluvia de hilos cristalinos que caían casi verticales sobre las sosegadas hojas de árboles y palmeras. Ale y Dobby llegaron con la lluvia. Ale apareció con la saga de Harry Potter bajo el brazo con toda la intención de encerrarse a cal y canto en nuestra recamara y apoltronarse felizmente en la cama para que las aventuras le entraran como remolino por los ojos. Dobby mientras tanto, avispado e hiperactivo como todos los de su estirpe, prefirió perseguir a Pachis por toda la casa. Ante la estampa de pirata y sensibilidad de sicario que distingue a Pachis, Dobby semejaba un alfeñique de la más alta aristocracia. La escena era de risa. Pachis cayó pronto en la cuenta que la apariencia de Dobby era más la de un suculento bocadillo que la de una potencial amenaza. Fue entonces que, mientras Dobby daba vueltas divertidísimo alrededor de Pachis, este se plantó como basilisco dispuesto a echar fuego por la boca. Ale no aguantó el nervio de aquella filosa mirada felina y optó por llevarse al saltimbanqui de Dobby a hacer sus gracias a otra parte. Sale sobrando decir quién es el Capitán Garfio y quién Peter Pan. Por otro lado, hoy aceptando la desinteresada proposición de Gladis para ir a desayunar a Reforma –no creo que hubiera intervenido en su decisión la singular aversión que la cocina le muestra los domingos– enfilamos a donde según su propio decir “tiene enterrado el ombligo”. Si el hambre fue la motivación de la ida, el calor fue la motivación del regreso.

lunes, julio 11, 2011

Día aciago

Hoy fue un día agitado. Extraño para ser domingo. Fuimos despertados como por ensalmo a las 5:30 am por el timbre del teléfono que chillaba incesante como heraldo de mal agüero urgido por su deber. Gladis estiró la mano para descolgar el teléfono con la lividez natural de quien espera recibir malas noticias. La llamada era para un servidor. En ella se me comunicaba que debía atender una emergencia de trabajo lo antes posible. Caray, que mala suerte –pensé. Esta queja interior se debía a que apenas 2 horas antes había pegado el ojo ¡Te dije que te durmieras temprano! –me reconvino amablemente la bella adalid de esta casa aprovechando la excelente coyuntura para reprocharme mi mala cabeza por mi malsana costumbre de ir siempre tarde a la cama. El dolor de cabeza y amodorramiento ahogaron mi tímida réplica y todo lo que pudo salir de mi boca fue un hilillo de elástica y cristalina baba que resbaló perezosa por mis comisuras. Mi cabeza palpitaba como si en su interior anduviera una cuadrilla de trabajadores de la construcción en plena faena de remodelación. Además el clima bochornoso y la humedad en el ambiente me hicieron sudar gotas gordas que tan pronto alcanzaban el peso para rodar se dirigían tercas a buscar los ojos como luchadores rudos de la AAA. El día no tiene gracia cuando se anda desvelado. Todo se mira en color sepia y siente uno los ojos como si estuvieran lubricados con arena. Tres horas de sueño en la tarde fueron suficientes para que el día retomara su natural color y mi cabeza olvidara su tamborileo interior justo a tiempo para ver coronarse por segunda vez a la selección de futbol mexicana sub17.

viernes, julio 08, 2011

Genes recesivos

Otra vez en Reforma y en casita. Me olvidé un poco de los cafres que de común e impunemente infestan la carretera Villahermosa-Cárdenas. Y no lo hubiera recordado de no ser por un estúpido macaco que me rebasó pegadito para luego darme un cerrón que me hizo pensar en toda clase de florituras del arrabal ¿Qué necesidad si yo iba al límite de la velocidad permitida y además circulando en el carril de baja? Fue a todas luces un acto de intimidación cerril de parte del animalito provocado sin duda por algún atavismo recesivo de nuestro más puro linaje australopitecus.

martes, julio 05, 2011

Villahermosa

Gladis y yo pasamos nuestra primera noche en Villahermosa en el departamento de Ale. Decidimos quedarnos los días hábiles en esta ciudad y regresarnos a Reforma los fines de semana. Esta primera noche fue de puro dar vueltas en la cama y sospecho que habrá otras noches similares más adelante. Extraño mi sofá cama, mi cama, mi tele, la tranquilidad y los muchos murmullos de la laguna. El lado bueno es que Kory y Ale viven aquí y yo no tendré que viajar todos los días al trabajo. Nos costará adaptarnos a la nueva situación. En tanto esto no suceda nuestras almas andarán penando y añorando con nostalgia aquella casita rodeada de agua, de garzas y de silencios.

domingo, julio 03, 2011

Vuelta al trabajo

Hoy es mi último día de vacaciones. Mañana regreso a la infinidad de posibilidades que se reproducen en el trabajo. Mi ánimo está como lo estaría el de Bastián Baltazar Bux si lo obligaran a regresar a ciudad Fantasía. Otra vez me sumergiré en el torbellino de febril actividad cuya vorágine le roba a uno en ocasiones hasta el derecho a bien dormir. Por el momento disfruto de una estupenda noche fresca llena del ya acostumbrado gorgoreo de las aves.

martes, junio 28, 2011

La fuga

Es ya costumbre que tras los primeros desahogos pluviales vengan otros de ímpetus desusados. Tal fue el caso de hoy. Ya desde la tarde las nubes tenían un aspecto amenazador. Flotaban en las alturas como una mancha tinta negra. Pronto llegó la esperada lluvia acompañada de su comparsa bailarina: viento, truenos y relámpagos. Esta vez los truenos se llevaron el Oscar a la mejor actuación. Los vidrios de los ventanales vibraban como afiebrados por picadura de mosquito de dengue. No eran esos rugidos graves de león a los que estamos acostumbrados sino auténticos estallidos con un eco ensordecedor. Claro, como ya han de suponer se nos fue la energía coma al tercero de los ya mencionados estampidos. Vamos a Villahermosa –le propuse a Gladis como a las 8:30 pm. Ella no dejaba de pasearse de un extremo al otro de la casa con su lamparita de leds encendida en la mano como ánima del purgatorio. La luz no regresará. Existe algún problema en las lineas que no podrán reparar hoy –le confirmé. Ya es tarde. Además continúa lloviendo –se lamentó. Olvidé el asunto y me sumergí de nuevo en la aventura de Atreyu, Fújur y Bastián en el mundo de Fantasía creado por la mente febril de Michael Ende en La Historia Interminable. Me regresó a este mundo donde los pelliscos duelen la voz de Gladis con la frase ¡Ya estoy lista! emitida desde algún rincón obscuro de la casa. El perfil petrificado de Gladis como el de una gárgola gótica, junto con el escenario desolado y tétrico del tramo carretero que separa la colonia Las Garzas de la glorieta de Boca de Limón me pareció tan obscuro, lúgubre e irreal como el habitado por los Ayayai de la novela que recién acababa de interrumpir. En este momento que escribo ya estamos en Villahermosa y Gladis ya luce otra vez el garbo y su buen talante de siempre. Este tramo carretero dejó una huella indeleble en nuestro subconsiente que ya contaré algún día.

domingo, junio 26, 2011

De quesos y barbacoa

Este domingo terminó mi segunda semana de vacaciones y me levanté de buen ánimo como para salir a desayunar barbacoa de borrego a Reforma.  Ale llegó a casa acompañada de su ya acostumbrado pegoste Dobby, su mudo perro chihuahueño que extrañamente no sabe aún como ladrar. Dobby es del color de la leche bronca y como contrasta poco con el piso blanco de la casa tenemos que caminar siempre viendo hacia abajo para evitar pisarlo. Esto sería sencillo de no ser porque a Dobby le gusta confundir los pies de las personas con juguetes la mar de entretenidos. Así pues, Dobby también tuvo que entrarle a los ricos tacos de borrego. Luego, como a Gladis se le terminó su dotación de queso, pasamos por su mamá y enfilamos rumbo a Juárez. Como Gladis tiene un estómago muy particular: lo que no digiere le da alergia, los remplazos simples de alacena tienen para nosotros más de paseos turísticos que de compras de mercado. Pocos son los alimentos que cumplen ambos requisitos (digestivos y antialérgicos) y hay que estar siempre preparados para ir hasta donde sea necesario a surtir aquellos que tengan el balance y la alquimia requeridos por su buche.  Después de hacerse de sus quesos se instaló cómodamente en una silla mecedora a intercambiar con la dueña del negocio unos ricos y sabrosos chismes: el tema fue nada más y nada menos que el de sus respectivos y muy variados achaques que vienen por añadidura cuando las mujeres llegan a cierta edad en la que cambiar de humor se vuelve tan rutinario como cambiar de canal a la televisión. Ya de regreso se compró una bolsa de totopostes chiapanecos, que para aquellos que no los conocen, son unas tortillas de maíz tan delgaditas como obleas y tan grandes y redondas como una pizza tamaño jumbo ¿Como las hacen'? Misterio. Es bonito andar en las carreteras de estos rumbos por lo exuberante y diverso de la vegetación, lo malo es que uno no deja de lamentar la suerte de los animalitos que se ven en la necesidad de cruzar la carretera sin llegar a conseguirlo ¡Mira, pobrecita! fue la expresión usada por Gladis para llamar mi atención y viera a una pequeña y verde iguanita que a mitad de la carretera hacía lo posible por caminar sin lograr moverse de su sitio. Tal vez me hubiera detenido para depositarla en algún lugar seguro de no ser porque una camioneta de redilas venía atrás de mí con ganas de llegar pronto a su destino.

jueves, junio 23, 2011

Evocación 1

Hoy, leyendo el blog de mi ahijada Brenda (El revoltijo de Chu) chuishere.blogspot.com, hija primogénita de mis amigos Tony y Marta, surgieron levantando el dedo con no pocos aspavientos algunos recuerdos gratos de mi época de estudiante en Guadalajara, que dicho sea de paso, me gusta la sonoridad que le proporcionan al nombre de esta ciudad sus 5 silabas terminadas en “a”. En aquella época vivía bajo el cobijo y la seguridad que brindan la familia, la música y los buenos amigos. Mi tiempo libre lo dedicaba, al igual que algunos de mis amigos, a cantar en coro retazos de Salmos y Ave Marías que luego repetiamos muy mustios y modositos en la Parroquia. A aquél coro le llamábamos orgullosamente estudiantina y aquella Parroquia era la siempre honorable Iglesia de Santa Cecilia, guía y patrona de todos los músicos. Parece que fue ayer cuando sentados en aquellas frescas tardes dominicales sobre la amplia y larga base de concreto que además de servir de asiento servía para contener el espacioso atrio de la Iglesia, afinábamos alegremente entre Tony, Rafael y Yo guitarras y mandolinas. Regresan a mí el olor picoso y dulce del humo que se quema en el incensario y vuelvo a ver las lágrimas de cera derretida rodando espesas a lo largo de los gruesos y pulcros cirios. Era todo un rito reunirse cada semana para ensayar y cantar en aquellas dominicales y sabrosas misas de 7 pm. Los amigos nos íbamos reuniendo poco a poco en nuestro ya tradicional espacio con la misma alegría que lo hace un grupo de estudiantes al regresar de unas largas vacaciones. Buenos tiempos y mejores amigos.

jueves, junio 16, 2011

Tarde tormentosa

Estoy arrellanado en mi asiento en el que cada noche mi cuerpo se despoja de su ya crónico cansancio. Mientras tanto afuera de la casa ruje el viento que acompaña a la tormenta largamente contenida. Escucho el golpeteo profundo de cocos y de mangos al precipitarse a tierra y rebotar en la acera heridos de muerte por el furioso vendaval. Me paro a contemplar por la vidriera el barullo desatado por la naturaleza y veo árboles y palmeras zarandeados como marionetas. El aire y la lluvia se entretienen arrancando hojas, frutos y flores de las flacas y fibrosas extremidades de sus dueños. Es el precio que tienen que pagar como tributo al agua derramada. Entre el ronroneo estrepitoso de los truenos. los destellos bruñidos de los relámpagos y los lastimeros lamentos que el brioso viento arrebata a la hojarasca pienso en que no tardará mucho en fallar la electricidad. No bien termino de formar la idea de vernos sumidos en la oscuridad cuando todo se apaga a la vez cumpliéndose así mi premonición y siendo fiel a la costumbre. Pasó la tormenta, se calmó el viento, regresó el parloteo de las aves y todo vuelve a la normalidad. Al rato regresa la electricidad y todo vuelve a estar como antes ¿Como harán los pájaros para sortear estos ataques de furia en donde todo es caos en sus hogares? Afuera los escucho tan ruidosos como si nada hubiera pasado.

domingo, junio 12, 2011

El viejo que leia novelas de amor

Recomiendo esta novela del Chileno Luis Sepúlveda. Es la historia de Antonio José Bolivar Proaño casado con Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñan Otavalo. Fundador y único sobreviviente original del poblado El Idilio. Tenía solo dos pertenencias queridas: La dentadura postiza, que no usaba a diario por que se le desgastaba, y una lupa de aumento con la que leía las novelas de amor que dos veces al año le traia del exterior el dentista Robicundo Loachamín. Es un vibrante relato que nos introduce a la selva amazónica ecuatoriana para mostrarnos desde la perspectiva del viejo Antonio José Bolivar Proaño la vida del pueblo Shuar y su crudo encuentro con la civilización del hombre blanco. El libro es una crítica que muestra la condición depredadora y brutal del ser humano civilizado en su constante búsqueda de fortuna y aventura, condición que el autor contrasta con la inteligencia y capacidad que los indígenas naturales han desarrollado para sobrevivir en armonía con los seres vivos de la selva: El tigrillo es buen ejemplo de ello.

sábado, junio 04, 2011

Transmisor FM

Hemos tenido un par de días bastante benévolos. Tiempo en que el calor se ha portado con nosotros extrañamente condescendiente. El aire caldeado que nos cocinó hace apenas una semana ha mudado su vivienda dejándonos en su lugar un clima con mayor donaire. Es agradable no ser recibidos con un tizón ardiente en la cara cada vez que salimos de casa o cada vez que entramos al coche. Además de hacernos palpitar el seso y no dejarnos dormir tranquilamente, el calor suele hacer con nosotros o con nuestras pertenencias otras cosas igual de ingratas. Por ejemplo, la semana pasada quise utilizar un CD de música que días antes había guardado en uno de los compartimentos del coche. Para mi sorpresa (con boca abierta y todo) hace unos días al querer escuchar música lo único que encontré en aquél compartimento fue algo parecido a una hojuela de papa frita gigante con un agujero en medio. No había forma de meter aquél totopo oaxaqueño en la disquetera del radio por lo que opté en dejarlo en el primer contenedor de residuos inorgánicos que encontré al paso. Estacionar el coche en la sombra quedó rápidamente descartado como solución a este problema ya que el estacionamiento donde aparco diariamente el coche no cuenta con cobertizo y se me hace harto difícil que alguien me lo construya teniendo como única justificación que se me achicharran los discos de música que dejo en el interior. No me quedó otro remedio que tomar cartas en el asunto. Como primera solución elegí comprar una sábana aluminizada como protector solar para el parabrisas, y como segundo remedio me agencié uno de esos juguetitos electrónicos llamados Transmisores de FM como sustituto de los discos. Este aparatito se conecta al cenicero del coche y puede transmitir la música Mp3 almacenada en una memoria USB al radio del mismo coche. Ni modo, de aquí en adelante la disquetera será hogar solo de las arañas.

miércoles, junio 01, 2011

Un día bueno

La noche de ayer el sueño me llegó deprisa. Pasó como un soplo suave de éter llevándose mi conciencia como de rayo al incoherente mundo de las ilusiones. La acelerada transición de la vigilia al sueño se debió a una inesperada y benéfica exhalación que nos concedió la atmósfera como preámbulo a la lluvia que ya traía bajo la manga. Hoy fue un día sin calor lejos de aquellos otros plagados de ardores que le antecedieron. Es una noche excelente para abrir un libro, meterse en él y ver de cerca la forma en que un autor hilvana sus ideas con el fin de presentarnos su muy particular visión del mundo. En el interior de un libro es fácil ser tocado por la inspiración y la creatividad. Unas veces llegan hasta donde está uno a hurtadillas y otras nos arrollan como avalancha.

viernes, mayo 27, 2011

Luces del crepúsculo

Todos los días de regreso del trabajo me encuentro con el fuego del crepúsculo. Una brasa ardiente sin ceniza flota en el claro cielo de la tarde. La apacible esfera roja me acompaña mientras se divierte rozando su circunferencia contra la copa de los árboles. Es un círculo perfecto dibujado en un limpio lienzo azul. Es como si el cielo tuviera rostro. Un rostro rojo de venrgüenza al percibir que sus horas fulgurantes y fogosas ya pasaron. El ocaso es su kriptonita. No encandila. No quema. Es la hora de esconder de los hombres su tibieza y timidez tras el acantilado del horizonte.

sábado, mayo 21, 2011

Calor familiar

Todo esta caliente. El cuerpo se destempla. Se escurre igual que la cera de un cirio ante la flama de su pabilo. El sudor fluye por cada poro como vena de manantial. La gente anda irritable queriendo llegar lo antes posible al primer remedo de sombrita. Las enfermedades respiratorias proliferan al tener que salir obligadamente de interiores climatizados a exteriores resplandecientes y flamigeros. La migraña galopa en el cerebro haciendolo latir como corazón con taquicardia. Andamos pues de aquí para allá saltando y crepitando como pepitas en el comal.

lunes, mayo 16, 2011

Otra vez mudanza

Estoy en casa. Cansado y con sueño. Ayer llegué de Reynosa. De ida el viaje fue accidentado. El regreso tantito peor. Allá me alojé en la periferia de la ciudad, motivo por el cual mi estancia de 3 noches y dos días estuvo envuelta en no pocas polvaredas. Cuando el viento nos sorprendia en despoblado los ojos se nos entornaban en defensa propia y se negaban a mostrarnos el camino ya de por si muy difuminado por aquella atmósfera gris. Miré más llano que ciudad. Un llano plagado de achaparrados y frondosos arbustos verdes entre los cuales alcancé a distinguir un día un robusto y tímido conejo castaño, y otro día, un empenachado y pispireto correcamino gris. Tenía grandes planes para ocuparme hoy en la casa: sacudirme el cansancio con lectura y ver tele entre párrafos. Lejos la bala. Gladis ya tenía anotado en su agenda “Mudar a Ale de departamento el domingo. Impostergable”. La invitación de acompañante (estibador) me fue echa poco antes de que cayera el primer gol sobre las Chivas como caldo hirbiendo. Este gol me hizo aceptar sin remilgos la desinteresada invitación de mi esposa. Cinco minutos más tarde ya la esperaba impaciente en el coche con el motor encendido y listo para lo que viniera. En cuanto a la mudanza fueron necesarios 3 viajes con el coche rebozante de tiliches, siempre acompañados por un sol achicharrante cuyo vaho lo hacía a uno dar grandes bocanadas como pez fuera del charco. Bajamos los triques de un segundo piso para luego volverlos a subir kilometros más adelante a un tercero. Afortunadamente durante el primer viaje nos abordó un jovencito de unos 13 años que nos ofreció su ayuda. No bien había terminado de formular la solicitud cuando ya le había guindado yo un tambache de ropa en cada mano. Dijo llamarse Efraín. En realidad su cuerpo aparentaba menos edad quizas por una continua y añeja predisposición a la mala alimentación. El extraño color marrón cenizo de su tez que protegía del sol con una deslavada gorra de pelotero me dió la impresión de ser producto mayormente de la anemia que de los genes heredados de sus padres. Su pobreza era delatada por su calzado: unas botas de hule negras recortadas de forma tal que de lejos y con bastante imaginación simulaban ser zapatos. Mientras lo veía caminando con los bultos en la mano recordé que al entrar al estacionamiento ví de reojo a un Padre y a su hijo hurgando en un gran contenedor de basura. Entonces dirigí la vista en aquella dirección y esta vez observé solo al Padre acomodando el producto de su trabajo en el interior de un viejo triciclo. Deducí entonces que Efraín era en efecto su hijo. Aún nos quedan por hacer dos viajes –dije a Efraín ¿Quieres acompañarnos? Fue a pedir permiso a su Papá. Me dió la impresión de que a su Padre le encantó la idea porque al cabo de un minuto ya venía su hijo de regreso con una sonrisa amplia dibujada en su cara redonda. Entre un viaje y otro nos contó que es parte de una familia numerosa en la que predominan las hermanas. Su Padre y Él se dedican a recolectar desechos de fierro, cobre y aluminio. Aunque de ningún modo le hacen el feo a otras cosas que tienen la fachada de tener aún vida remanente como ropa, calzado, madera, etc. Dijo que recolectan diariamente el equivalente a 100 pesos en promedio. Al cabo de una hora terminamos la mudanza. Efraín nos ayudó hasta el final y su paga fue de 110 pesos (Yo puese 40 y Ale 70). Se fue feliz a donde lo esperaba su Padre que a esa hora ya estaba acompañado por una señora y un niño que habían llagado momentos antes en otro triciclo seguramente procedentes de otro contenedor de basura. La familia hizo corral alrededor de Efraín y todos le sonreían agradecidos y satisfechos por esa inesperada contribución. Esta familia me hizo recordar el programa que había visto en Discovery o History Channel la noche anterior sobre la vida de los “intocables”. Una casta entre las muchas que existen en la India en la que la “ocupación” de los Padres la heredan por ley los hijos: la ocupación del Padre en cuestión era cazar (y comer) ratas en los arrozales. Por este oficio (y su dieta) eran considerados impuros, parias y vivian ofensibamente marginados (separados). De aquí el nombre de intocables. Después de agradecer y despedir a la familia agarramos camino hasta el primer oxxo que encontramos y me bebí tres curtos de litro de agua de un solo envión. Ahora estoy aquí escribiendo mientras me late la cabeza como si tuviera adentro su propio corazón.

jueves, mayo 05, 2011

La lluvia y la Santa Crúz

Como cada año , y ya casi como tradición, disfrutamos este 3 de mayo el regalo de una lluvia ligera y de un aire renovado. Aunque fue muy ralita y menudita, fue suficiente para que el sediento entorno bebiera y reviviera. La gardenia se lavó el polvo de las hojas y resurgió en ella el antojo de sacar a la luz un puñado más de blanquecinas y aterciopeladas flores. Este nuevo amasijo de delicados pétalos esta muy lejos de aquella docena de capullos marchitos, amarillentos y yermos nacidos en días pasados y victimados como de rayo por las candentes ascuas caniculares del medio día. Los frutos verdes que ahora cuelgan del mango como crisálidas a media transfiguración hacen patente su agradecimiento mostrando sus brillantes y regordetas carnes de catrín con todo y su bombin, bastón y su monóculo. Desde el día de la Santa Crúz llega la lluvia de visita cada noche. Se marcha a horas de la madrugada no sin antes habernos arrullado con el golpeteo suave de sus gotas que se escuchan como los susurros que una madre amorosa y responsable canta ante la cuna de su amado hijo primogénito. Pronto la coloración castaña del pasto seco sederá su aspecto de breñal a los verdes brotes que sustentarán la fauna cada vez más disminuida por otro año más. Este ambiente de imperante calma me recuerda que lentamente se han ido resolviendo uno a uno los acertijos que desde el principio del año vinieron a nosotros como flujos piroclásticos. Gladis y Yo ya no teníamos mas uñas que comer. Hoy las vemos nuevamente crecer y pronto habrá que quitar el óxido a nuestro cortauñas.

martes, mayo 03, 2011

En la autopista

Ida y vuelta a Coatzacoalcos Veracruz. De visita por la Terminal marítima. De ida presencié un lamentable accidente. No es frecuente verlos en autopistas de cuota, pero cuando suceden generalmente queda poco reconocible. En este ocasión en particular, si reconocí dos camionetas pickup. Una de ellas estaba estacionada en el acotamiento izquierdo de la carretera, en sentido contrario a la circulación. La otra se encontraba a la derecha, como a diez metros de la carpeta asfáltica y liada con el alambre de puas de una cerca. Ambos vehículos tenían la forma plegadiza de un acordeón a medio desinflar, como si dos transformers se hubieran quedado a la mitad de su metamorfosis. Más adelante observé dos vacas inertes tiradas sobre la caja de un camión de redilas. Después de ver estas evidencias fue fácil suponer lo sucedido: dos vacas blancas como la nieve escapan de sus linderos, cruzan la autopista en caravana en busca de mejores pastos para comer, o de alguna fresca y frondosa ceiba para mejor rumiar. Ambas se mimetizan con el concreto grisáceo de la autopista. Dos camionetas transitan una tras otra a unos 120 kilómetros por hora. El conductor que marcha adelante confiado en la rectitud de seda de la carretera se distrae unos segundos. Demasiado tarde se percata del mortal muro surgido de la nada. No queda lugar para evadir aquellas cachazudas moles blancas de patas y pezuñas. No hay tiempo de parpadear, mucho menos de pisar el freno. Para el conductor en punta, una fracción de segundo fue suficiente para que aquel horizonte de cuadrupedos blancos se convirtiera como por encantamiento en jinetes negros del apocalipsis. Para el conductor de atrás quizás hubo tiempo de volantear o de embarrar llantas en el concreto: caos total. Ya en Coatzacoalcos, me acompañó un viento bronco, uluante, capaz de alborotarle a uno hasta las ideas más enraizadas. Eso sí, disfruté el murmullo de las olas, el viento saturado de briza marina que arrancaba a puños el calor del cuerpo, la apasible espera de las grandes barcazas ancladas esperando turno para llenar la panza con su dotación de crudo. El regreso a Reforma fue de cautela. Gracias al ventarrón, el carro hacía extraños como de borracho: más vale vivo que llegar temprano.

sábado, abril 23, 2011

Escuchando a las palmeras

Después de un día de calor agobienta, tenemos una esplendida noche de viento fresco. Nuestras vecinas las palmeras, altas y esbeltas como mástiles sin vela, se mecen y murmuran empujadas por los intermitentes y vigorosos soplos de la noche. El roce del aire hace que las duras hojas palmeadas redoblen su cuchicheo. La noche esta despejada y la luz blanca de las estrellas se acentúa por un fondo de terciopelo negro. Me surge el deseo de conversar con mi gemelo inmaterial. Mejor dicho, él es quién habla primero. Me urge a agudizar los sentidos. Me señala las melenas alborotadas de las palmeras comparandolas con largos tentáculos de anémonas de mar. Me ordena dar bocanadas del vinto que corre, que me concentre en su aroma y que le encuentre sabor. Dócil, hago todo lo que me ordena. Miro hacia arriba, a la cima de las palmeras y veo los tentáculos de las anémonas de mar en su movimiento de vaiven. Aspiro el aire fresco. Su olor es de hierba recién cortada y tierra recién humedecida con un ligero sabor dulzón.

jueves, abril 21, 2011

Agua, sol y diversión

Llegó mucha gente a la alberca. Los arrastró hasta aquí el bruñido calor veraniego. Los bañistas hormiguean laboriosos alrededor de pequeñas palapas de cuya cima se desprenden sombras que cubren solo porciones de sus cuerpos. Cada tanto, los que se cobijan bajo sus sombras, orientan su silla siguiendo la raquitica faja de sombra que se fuga conforme el sol se aleja del cenit. Los niños gozan, chacualean, se montan a sus tiburones de plástico, o avanzan en el agua embrocados en su salvavidas amarillos, rojos o azules, estampados con sirenitas u otros motivos marineros. Los hombres sentados con su modelo de lata en una mano y con la mitad de un taco en la otra charlan animadamente, probablemente de la forma más segura y eficaz de contener la desatada delincuencia. Las mujeres montan guardia vigilantes de los quehaceres y aventuras de sus hijos mientras ellas mismas platican con un gusto singular con su homónima de a lado. Las preocupaciones diarias son olvidadas al menos por un rato, mejor aún si se tienen por delante otros tres días promisorios.

Dame un besito

Hicimos carnes asadas el sábado. Estuvieron con nosotros Ale y sus amigos: Roberto y Carla. Pedro y los suyos pasaron por aquí como un suspiro para luego continuar su recorrido hacia el sur que bien podría titularse 800 leguas dia viaje submarino. Después de despedir a los viajeros y sin más tiempo que perder, Ale, Roberto y Carla, con sus bañadores ceñidos y sus toallas al hombro, atravesaron como hálito la angosta calle que separa nuestra casa de la alberca. Todo el día fue asolearse igual que iguanas y garrobos y ponerse al corriente en sus respectivos y múltiples malabares materiales y en sus cada vez mayores cabilaciones metafísicas. Mientras nuestros invitados se achicharraban de puro y genuino gusto, Gladis y Yo fuimos de compras a Reforma. Estando en el supermercado decidimos comprar carne para recibir a los febriles bañistas con un asado después que ellos mismos terminaran de hacer lo propio a sus gueros y transparentes cuerpecitos. Ya con la tripita llena, la plática de los convidados se prolongó hasta la madrugada del domingo entre piñas coladas “sin alcohol” como posteriormente supe por dichos de la mamá gallina. El domingo llegó de visita Kory y nos anunció que tenía planes de irse a desestresar a Yucatán durante esta Semana Santa. Todos los visitantes aprovecharon el aventón que Kory les ofreció (no a Cancún sino a Villahermosa). Se fueron un poco más oscuros de como llegaron, cada uno ya totalmente al corriente de los avatares ocurridos a los demás, quizá con el plan ya delineado para la próxima reunión. Por último, ya en la noche, y entre las miradas atentas de Paco (el perico) y de la de los tres cuyos de Ale (las Gordas) Gladis se dió a la tarea de recoger de la cochera los implementos de labor con que asamos las carnes. De pronto, Gladis entró a la casa como tromba. ¡Mira!, ¡mira!, ¡mira!, me señalaba con angustia su brazo derecho. Yo miraba desesperado la zona indicada esperando encontrar las señales características de los colmillos de una nauyaca o cualquier otra alteración anormal en la piel producto de algún desconocido bicho, pero por más que me esforzaba en esta tarea no lograba distinguir nada fuera de lo normal. ¡No veo nada! ¡dime que te pasó!. Mira mis vellos como están de erizados –me decía mientras me acercaba más su brazo a la cara. ¡Bueno, pero dime por qué!. Es que Paco me repetía con insistencia: ¡dame un besito! ¡dame un besito! ¡dame un besito! pero lo decía con una voz ronca, casi concupiscente, nada parecida al timbre de voz de Ale que es la que le repite con frecuencia esa frase. ¡Qué escalofrío! murmuró Gladis mientras se frotaba los brazos con las manos. Con la sorpresa olvidé preguntarle si por fin le había dado el solicitado besito al volado de Paco.

miércoles, abril 20, 2011

La gripa

Gladis y yo apenas estamos saliendo de una mortificante y colosal gripa. Nuestro andar aún esta lejos de ser garboso y nuestra enclenque figura aunque rolliza continúa desprovista de su natural color. Deambulábamos por la casa igual que figuras de cera transparentes. Pareciamos fantasmas en busca del huidizo pueblo de Comala de Pedro Paramo, cada una con su rollo de papel higiénico en la mano, único consuelo y paliativo contra la ingrata y acatarradora enfermedad. Los apenas tolerables síntomas tales como la tos espasmódica, la respiración chillóna y agitada, el abundante moco acuoso, la temperatura nocturna, el lagrimeo de mojina, la nariz tapada, así como la sordera recalcitrante y muchas noches de insomnio y mal dormir fueron nuestros inseparables acompañantes por espacio de 15 largos días. Afortonadamente los días vuelven a ser otra vez luminosos, disfrutables y placenteros. Aunque el sol tiene ya días extrayendo a las personas abundante sudoración, nosotros apenas nos enteramos de ese su acostumbrado e impertubable pasatiempo de sorber el seso y evaporar el agua de la gente. En estos días vuelven a nuestros oídos las felices arengas de los habitantes arbóreos, a nuestra naríz los aromas intensos de las olorosas gardenias y por nuestros ojos, libres ya de lágrimas sin tristeza, entran en tropel los colores del arco iris además de las muchas tonalidades lilas de los macuilis, del amarillo fosforescente de los guayacanes y del rojo carmesí de los nada timidos framboyanes.

domingo, febrero 27, 2011

Nada que celebrar

Fin de semana de trabajo. Ir y venir a (de) Villahermosa atravesando no pocos retenes militares. Calor en ascenso reforzado por aires acondicionados remilgosos. Días deslumbrantes seguidos de noches largas de insomnio. Tiempo de cuidarse esperando no estar en el lugar equivocado, a la hora equivocada. Temor a salir de noche por culpa de tanto parásito guevón convertido en eficiente ladrón con la asesoría y complicidad de bizarras autoridades porcinas. En fin, la vida continúa. La naturaleza no se equivoca y espero ver pronto un escenario mejor.

sábado, febrero 19, 2011

Buen día

Día agradable y con pinta para ser utilizado para leer trepado en una bulliciosa hamaca. Día saturado con el canto de las aves: pitidos agudos, graves, lentos, rápidos. El sonido es continuo y armónico. Los rayos del sol se afilan y mejoran notablemente su puntería situación que aprovecha la vegetación que con lentitud y sin remilgos ya prepara su vistoso ajuar para recibir con júbilo la próxima primavera. Como ya dije en mi post anterior, los macuilis ya empezaron a mudar sus hojas verdes dejando espacio a los redondos ramilletes de flores lilas semejantes a bocinas de fonógrafo en miniatura. El calor va en ascenso, lento pero continuo, inyectando energía a todo lo que se mueve y/o crece. Este efecto de excitación se siente en todos los rincones: agua, tierra y viento. La vida está despertando de su sueño (pesadilla) invernal.

miércoles, febrero 16, 2011

De un año siniestro a otro ambisiniestro

Los macuilis están iniciando su floración. Es curioso ver como florecen escalonadamente como para no competir por los espacios en los que más adelante todos tendrán que depositar sus semillas. Poco a poco el aire fresco va dando paso a otro más templado. Todo esto pasa a nuestro alrededor mientras que nosotros (Gladis y Yo) apenas podemos mantenernos lúcidos tras una avalancha de acertijos que nos ha lanzado algún perverso guasón. El inicio del año anterior fue probablemente uno de los peores que me ha tocado vivir en muchos años. Sin embargo, el tiempo transcurrido de este otro ha estado plagado también de malos momentos y de tintes muy sombrios. Estoy en espera que se resuelvan dos de los principales, y que por desgracia ninguno depende de lo que yo haga o deje de hacer: el robo de mi auto y la suspensión de mi salario. Seguiré esperando que la pasiente administración gubernamental trabaje, mueva sus pesados engranajes rechinadores, y machaque lo que tenga que machacar. No hay más.

domingo, febrero 13, 2011

Día de agradecer

Ante esta ola de violencia en que vivimos hoy en día no me queda más que agradecer que sigamos caminando bajo el sol. Deseo a toda la gente de bien que ha padecido de cerca esta pandemia que Dios les de fuerza y tengan la voluntad de sobreponerse a sus terribles secuelas. Para aquellos afortunados que aún no se han topado con un tiroteo, un secuestrador, un asaltante o un estafador hagan lo posible para que disminuya esa posibilidad. No asistan a bares o discotecas y no transiten de noche por lugares solitarios. Para aquellos que tengan la desgracia de toparse con cualquiera de estos depredadores no se resistan y traten de conservar a toda costa lo más valioso que tenemos: la vida.

domingo, febrero 06, 2011

Después de la lluvia

La lluvia cesó. Las nubes mudaron su color obscuro de combate a un color gris de mayor conciliación. El jardín de la casa se reanimó después de haber bebido agua en abundancia. La papaya que sembró Gladis en el jardín y que tiene apenas un metro de altura ya presume tres frutos rollizos, mientras que la gardenia no ha dejado de obsequiarnos sus flores grandes y olorosas. Fue un día claro, transparente, de colores resplandecientes. hierbas y pastizales, recién enjuagados, alardearon con su brillante estampa verdosa. Esta noche fue de bruma y las nubes la hicieron más negra de lo habitual. No hubo ni luna ni estrellas que ayudaran a atenuaran la obscuridad.

jueves, febrero 03, 2011

De toga y birrete

Este día acompañamos a Ale a su ceremonia de graduación. Una cuarta parte del Centro de Convenciones de Villahermosa estaba ocupada por varios centenares de jóvenes en espera de convertirse en una nueva generación de profesionales. Todos vestían la habitual toga y birrete de color negro. Unos lucían los atavíos con garbo, otros no tanto. El acto desbordó solemnidad, tanta que hubo momentos que me recordó las liturgias dominicales de mi adolescencia. Las autoridades y profesores universitarios lucían además de la toga y el birrete, la tradicional muceta. El podio y el espacio vacío que quedó entre este y la primera fila de graduados estuvo resguardado por un montón de acólitos (personal de seguridad) cuyo trabajo era evitar que los familiares tomaran fotos y le restaran, con esa proclividad a la cursilería que de normal tienen los padres en estos ceremoniales, majestuosidad y sobriedad al evento. Yo, padre emocionado y cursi fui invitado (eso si, con mucha cortesía) por uno de estos angelicales monaguillos a salir de la zona cero, espacio reservado exclusivamente para los fotógrafos oficiales. Las fotos que los familiares tomamos de los flamantes graduados semejarán un montón de hormigas en un horizonte obscuro. Por consiguiente, aquellos padres que deseen tener un recuerdito fiable de que en verdad fue su vástago y no una hormiga el que recibió aquellas insignias académicas, tendrán que recurrir a la ayuda de los desinteresados y a todas luces altruistas fotógrafos oficiales.

Tránsito pesado

El día ha sido todo lluvia. La noche también. Fue un intenso día de actividad y una noche de anhelado descanso. El transcurso del día fue de ir y venir en carretera. De no haber tanto loco conduciendo, el quehacer del automovilista se reduciría a otear con placentero gusto el paisaje. Pero este placer está siendo cada vez más huidizo, sobre todo en el tramo de carretera que va de la ranchería Plátano y Cacao a Villahermosa. Trecho en el que abundan los cerrones imprevistos, las frenadas sin misericordia, los traileros narcotizados, los sujetos perturbados que se pegan a un metro para que los demás cedan el paso, los que rebasan por la derecha, los que se meten al carril de alta en el espacio diminuto que por seguridad dejan los conductores prudentes. Ya no se diga cuando ocurre un accidente. Hoy por ejemplo, Gladis y el que escribe nos dirigíamos a Reforma procedentes de Villahermosa y nos topamos con 4 interminables filas de vehículos (donde debería haber solo 2). De plano nos vimos en la necesidad, por lo inmovilizado y atestado del tráfico, regresar en el primer retorno para tomar la vía alterna a Luis Gil Pérez.

viernes, enero 28, 2011

Guiño de libros

Lejos están aún los veraniegos días de las agotadoras sudoraciones. Me alegra mucho esto. Mientras tanto, hoy me anima transitar otra vez por un día más de sereno y fresco chipi chipi. Hoy los residentes del zarzal y los avecindados en la laguna están en calma, como en período de hibernación. Es buen tiempo para leer y reflexionar, actos que lamentablemente están perdiendo adeptos ante la avalancha arrolladora de la tecnología. La lectura va siendo con mayor frecuencia un regocijo en solitario, una conversación con uno mismo por no abundar los interlocutores. En repetidas ocasiones he insistido en alentar la lectura entre las personas que aprecio pero nada parece cuajar. ¿Como cuidarse del síndrome de Estocolmo o como beneficiarse del efecto pigmaleón si no se conocen? Ni modo. Continuaré sintiéndome un egoísta por disfrutar en solitario de este filón. Como dije, el tiempo es ideal para conversar con un libro, y todos los que tengo cerca como que me cuchichean.

martes, enero 25, 2011

La credencial de elector

Si pues. Soy de los (des)afortunados que tienen en su billetera una credencial de elector con terminación 03. Ha sido tanto el empeño que el gobierno federal ha puesto en retirar de circulación estas credenciales, que actualmente toda persona poseedora de una joya arqueológica de esta naturaleza considera, desde principio de este año, que el estatus que ahora le están indilgando es equiparable al de una chinche. El delirio de persecución que hoy día sienten los poseedores de esta caja de pandora se hace presente, cada vez que requieren hacer una transacción bancaria, comprar con tarjeta de crédito, obtener un pase de abordar, conseguir un empleo y una larga cadena de etcéteras más. Me he visto ya en más de una de estas situaciones temiendo que en la siguiente mi pesadilla se convierta en realidad y me inviten a salir por donde llegué con la advertencia de que regrese solo hasta que mi condición vuelva a ser humana. Desesperado de vivir transformado todo el tiempo como seguramente también le sucedió a Gregorio Samsa en la metamorfosis de Kafka, Gladis y Yo nos dimos el tiempo para tramitar este día las credenciales que nos regresaran nuestras extraviadas identidades. Tres horas hacinados en una estancia de 5x5 como sardinas enlatadas, entre llantos de niños fastidiados ante la mirada resignada de sus mamás, entre vendedores de frituras y golosinas, rodeados de olores extraños, y como valor agregado escuchando la erudición de Niurka en su nueva etapa de conductora de TV hablando del interesantísimo tema de Kalimba. Fue el precio que tuvimos que pagar para regresar a la anhelada normalidad. El 13 de febrero es la fecha que nos dieron para recoger la nueva credencial de elector. Ese mismo día me tendré que despedir con aflicción de quien fui yo mismo hace 20 años.

domingo, enero 23, 2011

Días de brizna

Tenemos un clima nublado con lapsos recurrentes de ligeras lluvias. Los días así me parecen hospitalarios además de verse muy monos teñidos con un color levemente nacarado. Son días buenos para dormir de un tirón y despertar a la mañana siguiente rebosante de energía renovada y pizpireta. Días como estos: llorosos y ataviados con ropajes apagados, despiertan en algunas personas sentimientos de tristeza que los remolca sin consentimiento por góticos escenarios. A mí, por el contrario, me llena de plácidas sensaciones, de lozanos aromas, de evocaciones agradables, de bebidas calientes y de calma chicha. Tengo el presentimiento que a nuestro cetrino y alado Paco también le regocija que la briza le revoloteé las plumas, gusto que manifiesta con una copiosa arenga desprovista del más mínimo pudor.

sábado, enero 22, 2011

De males a males

He tenido con anterioridad malas semanas y esta que está por terminar califica con mención honorifica para incorporarse a este detestado grupo. Veo sin embargo en las noticias de hoy la difícil travesía que miles de centroamericanos hacen para llegar a EU a través de México encaramados en el lomo de la bestia (ferrocarril) soportando frío, hambre, sed, temor, necesidades fisiológicas y discriminación ¿He tenido una mala semana? Ya no estoy muy seguro.

martes, enero 18, 2011

La nostalgia de Niño

La pesadumbre de Niño sigue en pié. Su comportamiento desde que no está Patón ha dejado intrigada a Gladis. Las preguntas que me ha dirigido aclararán el punto: ¿Recuerdas que Niño lloraba cada vez que llevábamos a Patón al veterinario? ¿Por qué no lloró esta vez? ¿Será que tiene conciencia de que en esta ocasión su ausencia es permanente? En respuesta a sus preguntas continuó diciendo: "ahora recuerdo que mientras Patón estaba tendido sin vida Niño lo olisqueó en repetidas ocasiones. Después se recostó a su lado y se quedó plácidamente dormido junto a él hasta que Martín llegó a la casa". Pienso de mi parte que si bien es cierto que la aflicción de Niño es evidente y que su desánimos de ladrar es manifiesto, también es cierto que ningún gimoteo ha salido de su garganta. Si, creo que es conciente de su nueva condición y también de que sus gemidos no servirán esta vez para traer de regreso a Patón. Nos tranquiliza que está comiendo bien y eso ya es buena señal.

domingo, enero 16, 2011

Buen escenario y malos actores

Domingo apacible. Bien orquestado por trinos de pájaros. Clima benigno, como para un buen descanso hogareño. Un ambiente tranquilo con adorable aroma a gardenia. Bonito escenario para buscarse quehacer. Sin embargo (siempre hay un pero), amanecí con dolor de cabeza, Gladis con dolor de calcañar, Ale con una estridente tos y Niño con un dolor en el alma. En este día los únicos carentes de aflicción en esta casa parecen ser las Gordas tragonas: los dos cuyos de Ale, Paco: el perico lenguaraz y Pachis: el gato concupiscente.

viernes, enero 14, 2011

óbito de Patón

Patón, nuestro perro basset hound se apagó. Dejó de emitir luz la mañana de hoy víctima de implacable cáncer. Nadie de la familia tuvo el valor suficiente para despojarlo de su derecho a vivir por más que los últimos días fueron harto difíciles para él y para nosotros. Fue un perro muy valiente. Se quejó poco (casi nada) teniendo en cuenta el carácter violento y cruel de este mal. Kory hizo todo lo humanamente posible por ayudarlo a superar su crónico carcoma con algunas cirugías que si bien le proporcionaron mayor calidad de vida no fuero suficientes para detener la grana celeridad con la que se reproducían sus perturbadas células. Hoy todos lamentamos profusamente su ausencia. Desde hacía tiempo extrañaba ya su potente y grave ladrido. Cuando lo oían ladrar por primera vez casi siempre dudaban que ese ruido hubiera salido de la garganta de ese cuerpo larguirucho y achaparrado y no de un San Bernardo por ejemplo. Su patas cortas y grandes (de ahí el nombre de patón), sus orejes largas y sus ojos mustios le daban un aspecto de permanente melancolía. Era gran enemigo del agua. Más que miedo diría yo que era una primigenia fobia. No podía ver a nadie acercándose a él con más agua que la necesaria para beber sin que les lanzara los gruñidos más amenazantes de su repertorio. Solo mi cuñado Martín tenía la osadía de bañarlo, no sin antes haberse jondeado un par de tragos rasposos (esto último solo es suposición). Alguna experiencia traumática con este líquido debió haberle sucedido a patón cuando era cachorro como para haberle provocado tamaña y perdurable impresión. Otra de sus aversiones incontrolables era su temor a las jeringas. Querer administrarle una vacuna a patón era tanto como quererle hacer trenzas a medusa. Bañarlo o inyectarlo era algo así como mirar a los ojos al chamuco. Ante semejantes amenazas su apacible carácter se transformaba de inmediato en un tornado al puro estilo de aquel diablo de tasmania de las caricaturas. Lejos de la presencia de estos dos mortíferos elementos despertaba la ternura de cualquiera que se le acercara nada más mirarle a los ojos. Eso sí, compartía con Gladis la glotonería por el pan dulce. Si alguien lo hubiera querido envenenar nada más sencillo que explotar esta debilidad para acometer su fechoría. Si para nosotros la ausencia de patón representa una sensible pérdida, para niño (nuestro perro boxer), que fue por muchos años su inseparable compañero represetará un insospechado quebranto. Te extrañaremos todos buen amigo patón.

domingo, enero 09, 2011

Nuevo año

Los últimos días del año viejo y los primeros del nuevo fueron buenos para nosotros. Algunos de ellos pasaron como hálito cálido, otros como ola espumosa, los más como viento fresco. Eso sí, todos ellos saturados de placentero coloquio, risas espontáneas, compañías sabrosas, alimentos jugosos y de personas ausentes que en estos días se hicieron presentes. Pedro estuvo con nosotros desde mediados de diciembre y justo hoy retornó a Gdl con el cuerpo lamentablemente saturado de pozol, chile amashito y de bebidas espirituosas. Tengo gracias a él cuatro libros más en mi mesita de centro (arqueada ya por el peso) esperando tranquilamente a que este lento y flojo lector ceda a los guiños y carantoñas que amablemente me hacen cada que paso cerca de ellos. Aspavientos que seguramente urden como preámbulo de las historias que guardan para mí entre sus páginas. Tengo también una blackberry gracias a la buena suerte de Ale (se la sacó en un sorteo) y a los buenos oficios de mi amada esposa para reclamarla puesto que los organizadores le estaban dando sospechosas largas al asunto. Ale ya terminó su licenciatura y empezó a trabajar en toda forma en el mismo lugar en que estuvo trabajando de becaria. Ahora dice que va por la especialidad en no se que cosa así que nada de descanso para ella ni para nosotros ($). Pedro debió haber terminado también este año su licenciatura pero no le fue posible gracias a su pujante e imperiosa necesidad de esparcimiento que le hizo perder su beca, y por consiguiente, el costo extra (imposible de pagar por un servidor) que aquel necesario recreo le ocasionó lo obligó a posponer materias del paquete semestral obligatorio. Así que tendrá que posar sus ya adormecidas sentaderas en las butacas escolares otro año más para atender las materias pospuestas por mortal necesidad. A Kory la veo feliz disfrutando su nueva vida de matrimonio, divirtiéndose en grande como debe ser. Tengo buenos hijos, su madre los ha educado bien. Afortunadamente no han heredado de mí el mutismo y la sobriedad chocante que me caracteriza. En cambio han heredado el gusto por lo huapachoso, fiestero y dicharachero de parte de su mamá. Hoy, con la partida de Pedro hemos quedado otra vez Gladis y Yo como murciélagos en caverna, escuchando los ecos de aquellas idas conversaciones que ahora vienen a nosotros entre rebotes de estalactitas y estalagmitas.

lunes, enero 03, 2011

Primera (y única) cena del año

Gladis y Yo cenamos en casa con nuestros hijos. Además de nuestros críos estuvieron con nosotros Alejandro el esposo de Kory, y Gerardo el novio de Ale. El pavo quedó pronto sin piernas y sin la mitad de su otrora orgullosa pechuga. El gran ausente de la cena fue el tradicional ponche. En esta ocasión Gladis de plano se puso en huelga por más que me ofrecí a cortar la caña. Disfrutamos tener juntos en casa a todos los desbalagados, suceso que solo ocurre unos pocos días al año.